¡He aquí el Cordero de Dios!
‘El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.’
‘El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.’
Primero debemos saber quién es el que cuida de nuestras almas, luego debemos observar la naturaleza de Su amor y preguntarnos quién se beneficia del mismo. También debemos preguntarnos de que manera Él se entregó por nosotros y cómo este acto permite que obtengamos la nueva vida y la entrada al cielo.