Cómo afrontar la tentación
‘Bienaventurado el varón que soporta la tentación, porque cuando haya sido probado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que lo aman. Cuando alguno es tentado, no diga: Soy tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado cuando por su propia concupiscencia es atraído y seducido.’












