¿Tiene todo el mundo un ángel de la guarda?

Jacob dijo de su ángel: ‘el Ángel que me liberta de todo mal, bendiga a estos jóvenes; ‘, Génesis 48.16.
Respuesta 1. ¿Cómo podría este ángel ser el ángel personal de Jacob, cuando Jacob ruega que bendiga a sus nietos? Por esto debería ser el ángel de ellos así como el de él.
Respuesta 2. El ángel a quien Jacob se refiere en este caso era Cristo. Cristo es el protector común de todos nosotros. Además, es Cristo quien redime de todo mal, cosa que ningún ángel puede hacer.
Respuesta 3. Finalmente, Jacob se refirió a Génesis 31 . 11, 13, donde el ángel que se le apareció se llamó a sí mismo « Yo soy el Dios de Bet-el», que era Cristo Jesús, y también al ángel que luchó con él, de quien dijo: « Vi a Dios cara a cara», Génesis 32.24, 30. Este también era Cristo.

Cristo llamó a los ángeles de los pequeños «sus ángeles» (Mateo 18:10). Por lo tanto, cada uno tiene un ángel particular para su cuidado.
Respuesta 1. Esto no se deduce, porque Cristo usa el número plural, sus ángeles, que puede implicar también muchos ángeles para cada uno.
Respuesta 2. Se les llama sus ángeles sólo porque están designados para cuidar de estos pequeños; no sólo de uno en uno, sino también de uno en muchos, como una hueste cuidó de Jacob en Génesis 32.1. También muchas personas pueden ser cuidadas por una, como en Hechos 5.19.

Los cristianos dijeron refiriéndose a Pedro: «Es su ángel», Hechos 12.15.
Respuesta 1. Esto bien pudo haber sido simplemente el discurso improvisado de hombres asombrados, y no es base suficiente para un argumento sólido.
Respuesta 2. Además, la gente pudo haber sido engañada por un error común de la época, como lo fueron los discípulos de Cristo en Mateo 17.10 y Hechos 1.6.
Respuesta 3. Igualmente, la gente pudo haber usado ese término irreflexivamente, para desviar la insistencia de la criada en que Pedro estaba allí, de la misma manera que los inconversos pueden reaccionar ante el «avistamiento» de una persona muerta diciendo que debe ser su fantasma.
Respuesta 4. Otra posibilidad es que pensaran que se trataba de un ángel enviado por Dios para confortar y animar a Pedro, y para llevarles noticias suyas, pero no uno que lo atendiera continuamente como su protector personal.
Respuesta 5. La palabra ángel significa mensajero, y puede que en este caso no se refiera en absoluto a un ángel celestial, sino a un mensajero terrenal enviado por Pedro.

La idea de que cada cristiano tiene un ángel personal no debe albergarse en nuestro corazón, porque .

1. No tiene ningún fundamento claro ni justificación en la Palabra de Dios. Uno podría decir – ¿A cuál de los ángeles dijo Dios en algún momento – Espera en este individuo y nunca lo dejes, ni de noche ni de día?
2. Un mismo ángel ha atendido a varias personas, y ha llevado varios mensajes a uno y a otro, como Génesis 18.16, Lucas 1.19, 26.
3. Un mismo ángel ha liberado a varias personas a la vez, Hechos 5.18, 19.
4. Muchos ángeles han protegido juntos a la misma persona, 2 Reyes 6.17, Salmo 91.11.
5. Creer en la idea del ángel personal disminuye el consuelo que los cristianos pueden recibir al pensar en la guardia de una hueste de ángeles, como en Génesis 32.1, o de la legión de ángeles, como en Mateo 26.53, o de la innumerable compañía de ángeles, como en Hebreos 12.22. Perjudica ese consuelo apropiarse de un solo ángel para una sola persona.
6. La idea se acerca demasiado a la noción pagana de un genio bueno y otro malo que asisten a cada persona en particular, pues hay tanta probabilidad de que un solo demonio como tentador personal, asalte continuamente a cada uno, como de que un ángel bueno lo proteja.
7. Las diferencias de opinión entre los defensores de un ángel personal también socavan sus argumentos. Difieren sobre el momento en que los ángeles supuestamente asumen por primera vez esta función. Algunos sostienen que es cuando uno nace. Otros, en el momento del bautismo. Otros, en el momento de la conversión. (Curiosamente, ninguno piensa en un ángel para custodiar a un bebé en el vientre materno, cuando está sujeto a muchos peligros, y necesitando tal guardián tanto como más tarde).

Basta saber y creer lo que la Palabra de Dios ha revelado, que los santos ángeles de Dios tienen un cargo sobre nosotros, y cuidan especialmente de cada uno de nosotros, no uno solo sino muchos.

El ministerio de los ángeles es especialmente para los «herederos de la salvación». A este respecto los ángeles son llamados colectivamente ‘sus ángeles’, Mateo 18.10. Se dice que acampan alrededor de los que temen al Señor, Salmo 34.7. Esto es evidente por los muchos servicios que los ángeles les prestan a ellos y por ellos.

En esta vida, los ángeles ministran para el bien tanto de los cuerpos como de las almas de los santos, ya sea procurando cosas buenas positivas, o previniendo y corrigiendo males.

Las funciones particulares de los ángeles que conciernen al bien de los cuerpos de los santos en esta vida son las siguientes:
1. Los ángeles son administradores que proveen a los hombres en tiempo de necesidad. De esto tenemos una historia memorable en 1 Reyes 19,5-7.
2. Son como médicos, para curar sus males, Juan 5.4.
3. Son como enfermeros, para llevarlos, por así decirlo, en sus brazos, y guardarlos de todo mal, Salmo 91.11, 12.

4. Son como guías, para dirigirlos por el buen camino y evitar que se extravíen ( Génesis 24:7 y 32:1).
5. Son como soldados, para guardarlos y mantenerlos a salvo del peligro ( Salmo 34:7). Tenemos un gran ejemplo de esto en 2 Reyes 6.17. También están como soldados, para destruir a los enemigos de la iglesia, 2 Reyes 19.35.
6. Son rescatadores, salvadores y libertadores, para sacar a los santos del peligro y liberarlos, Hechos 5.19 y 12.7, 8, etc. A esto se puede referir su restricción de las cosas dañinas por naturaleza, de hacer daño, Daniel 6.22.

Con respecto a las almas de los hombres en esta vida, los ángeles son:

1. Como profetas o maestros, para instruirlos, Daniel 8.16, 17 y 9.22; Lucas 1.14, 15, 34, 35; Hechos 1.11.
2. Como consoladores, para consolarlos en sus temores y perplejidades, Génesis 21.17; Isaías 6.6, 7.
3. Como ayudantes, para estar con ellos contra Satanás, Judas 9; Zacarías 3.1.
4. Como correctores, para castigarlos por sus ofensas, a fin de sacarlos de sus pecados y llevarlos al arrepentimiento ( 2 Samuel 24:16).