Distinguir la verdad del error

Aquí tenemos nuestro deber de poner a prueba, usando cuatro estándares, a todos los que enseñan: (1) ¿Proclaman la divinidad y la humanidad de Cristo, nuestro mediador infalible? (2) ¿han sido verdaderamente convertidos? (3) ¿se separan del mundo? (4) ¿tienen convicción de obedecer la autoridad de las Escrituras y reconocen su suficiencia?