El ejemplo de un verdadero ministro

Pablo es un modelo para todos los creyentes, especialmente para los predicadores. Aquí enumera nuestras armas, como la predicación y el testimonio, que mantendremos independientemente de la acogida que tengan, incluso a pesar de que haya gran violencia y a través de altibajos, enriqueciendo a muchos y así, sin tener nada, poseer todas las cosas.