El hijo de Dios “muerto y muriendo”

Colosenses 3.3

Aquí se estudia cómo los creyentes están muertos, pero se les ordena hacer morir el pecado. También se explica cuan ofensiva es la impureza, y el apóstol muestra cómo tal cosa invade la mente (inmundicia), el corazón (afectos o pasiones desmesuradas) y la voluntad (concupiscencia maligna o anhelo maligno). Finalmente se nos dan remedios para la mortificación de todo ello.