La alegría nunca debe fallar

La alegría inefable es la posesión privilegiada de cada creyente, una alegría distinta al placer efímero del entretenimiento, el humor, la amabilidad inesperada e inclusive de un regalo. La alegría espiritual persiste en medio de la prueba y la aflicción. Sin embargo, debe ser sujetada fuertemente. Aquí vemos cómo hacerlo.